viernes, 30 de noviembre de 2007

Un mes sin escribir...

Me he quedado realmente sorprendido cuando he visto que llevaba un mes sin escribir. He estado metido en un sinvivir que ya pasaré a explicar, pero realmente "creía" que habían sido dos semanas malas. Pero echando (y calculando) llevo un mes desaparecido en combate. Lo cual no es para nada bueno.

Tengo varias cosas que contar, pero más que un mega macro post voy a intentar contar una cada día, y así, aparte de no saturaros, voy llenando un poco este blog. Decir que principalmente he estado ocupado por un proyecto para un teatro que se estrenará en breve (ya daré datos) y que me ha tenido sin dormir muchas noches (y no es expresión figurativa). Una cosa que (espero) haya aprendido de esto, es que no importa el trabajo (o la implicación en él) hay que aprender a dosificarse, y estar a todos los que se preocupan por uno. Gracias a Nán, Lara, Reb, Carmen, Aroa, etc por comunciarse conmigo y preocuparse por mi. Realmnte, gracias. Se os quiere. Mucho.

En contraposción a esto voy a contar una anécdota que me sucedió la semana pasada. La noche del martes al miercoles, después de un día sin dormir, volvía a cosa de las dos de la mañana a mi casa, cogiendo el ultimo metro. Estaba realmente muy cansado, y no me percataba mucho de lo que sucedía a mi alrededor. En esto que noto que alguien me pone algo duro en la garganta y me dice algo (que ahora no recuerdo) pero supongo que sería algún tipo de amenaza. Mi opinión es que dado mi estado me confundieron con algún borracho facilmente atracable.

Me ayudó el estar dormido en que no calibré la situación ni la amenaza, en otras circunstancias quizás hubiera optado por hablar o así. Actué por instinto y antes de darme cuenta ya tenia apartada la mano del tio y fuera de su alcance (cuatro años de Aikido hacen esos movimientos automáticos e incoscientes). El problema fue que el movimiento fue muy brusco y mi PDA (regalo de una grandísima amiga y persona) salió volando. Corrí y la cogí. A la vez, me dí media vuelta y me percaté de que eran no una, sino dos personas. El más cercano, que blandía algo parecido a una navaja, debía rondar los veintipocos. El otro estaba cubierto de una capucha (he de comentar que llovía). Por el aspecto, toxicómanos camino de Pitis buscando de donde sacarse perrras.

Los noté bastante sorprendidos (me parece que no esperaban que un "borracho" actuara así) y empezaron a insultarme. Yo no quería irme muy lejos para tenerlos controlados y recoger la funda metálica de mi pda (otro regalo, yo aprecio mucho las cosas que me regalan). Me gritaron, les grité mas fuerte y me fui andando muy lentamente. Uno cogió la fnda y me la tiró (supongo que intenado alcanzarme con ella) lo cual me vino genial. La recogí y me fui a mi casa por otra parte.

Por si acaso no estaba claro comentar que estoy perfectamente y que los unicos daños son una abolladura en la funda de la PDA y que ahora de ve en cuando se apaga sola, pero son males menores. De hecho, casi me había olvidado, pero creo que es una buena manera de empezar a contar en este blog cosas más personales, aparte de mis micros y paranoias.

Gracias por soportarme, por leerme, por estar ahi. No os merezco, pero a caballo regalado..

Sed felices.