jueves, 14 de febrero de 2008

Microcuentos (XII)

Vuelvo a intentar retomar las buenas costumbres, como los Microcuentos de los miércoles. Gracias por su paciencia.

Alegría
Era una hermosa mañana. Eso era más que suficiente.

Destino
- Maestro, si rebelarse contra el destino es muchas veces parte del destino mismo, ¿Cómo podemos decidir nuestro destino?
El maestro disfrutaba de los cálidos rayos del sol, con una brizna de hierba en la boca.
- ¿Me vas visto alguna vez preocuparme por mi destino? - dijo sonriente.

Futuro
El pequeño clip de papel gritó orgulloso: "¡¡¡De mayor quiero ser una percha!!!".

Insomnio inefable
Durante milenios, la Esfinge contemplo a los humanos, nacer,vivir, soñar, morir.
Dedujo que había nacido, recordó su vida, presintió su destrucción.
Con sus ojos siempre abiertos, se preguntó que otra cosa podía hacer.

Ricitos de Oro y los tres osos
Había una vez tres osos que vivían en el bosque: Papá oso, mamá osa y el pequeño osito. Un día Ricitos de Oro se perdió en el bosque y descubrió la casa donde vivían los tres osos.

Cuando los osos no estaban, Ricitos de Oro entró a la casa. Probo las sopas y se comió la del pequeño, probó las camas y eligió la del pequeño. Allí se se durmió. Al ver a los osos saltó de la cama y salió corriendo sin parar.

Todavía me pregunto porque los osos beben sopa y tienen camas. Y porqué era necesario que fueran osos.