miércoles, 26 de septiembre de 2007

Microcuentos con Nombre (I)

Aunque en principio seguiré con mis microcuentos normales, quiero hacer un nuevo tipo de post con microcuentos inspirados por personas en particular. Los siguientes son de un gran amigo que sé que no lee este blog. Intentaré hacer en el futuro otros con personas que si lo leen, pero mi tendré que vencer mi (por todos conocida) timidez ^_^.




David
Vestía con camiseta y vaqueros negros. Llevaba un colgante de cruz en una mano, un guante raído en la otra, rizos de oro viejo y una sonrisa perenne en el rostro. Miraba con aire soñador, como quien ve detrás de la nieblas de la realidad cotidiana. Su apretón de manos era seguro, y supe que tenía que conocerlo bien. A veces, entre frases de sabiduría y surrealismos, puedes verlo perdido en sus recuerdos, tarareando melodías imposibles, que escucha cuando visita el jardín de la Oruga con Alicia.

Araña
Llena de alegría por haber atrapado a la mariposa, la araña bailó sobre su red. Tan entusiasmada bailaba que en el baile perdió el propio pie, y en su propia red quedo atrapada. Y se dijo: no volveré a quedar atrapada, y a cualquier red escaparé. Y partió a conquistar los cuentos, pues no hay red más complicada y resbaladiza que la formada por palabras, si estas están cuidadosamente tejidas.

Dónde.
¿Donde están los Niños Perdidos?
Se los llevaron los duendes, en el otro mundo están, bailando con los trasgos y la buena gente.

¿Donde están los niños de la Tierra?
Se han ido para siempre.

Profeta
Apareció en la plaza, en mitad de la gran procesión, y sus palabras fueron fuertes y claras, suprimiendo todo movimiento, todo ruido, salvo su voz:
"Al principio solo había vacío, pero el vacío soñó con ser algo . Así es siempre el principio de todas las cosas, pues todas nacen de un sueño. Soñad, amigos míos, Soñad."
Desde entonces, aquel que sueña puede hacer sus sueños realidad. Con el paso de los años, sus artes y técnicas se han perdido. Por eso, aunque todos saben que es cierto, pocos se atreven a intentarlo. Algunos aún esperan, en mitad de la plaza, a que vuelva, para aprender a soñar de verdad.

Steampunk
Antes que la electricidad fue el vapor, y se dice que, de no haberse haberse percatado Edison de sus múltiples usos, ahora surcaríamos los cielos en zeppelines, y el vapor empujaría los motores y las aplicaciones de los hombres. La electricidad sería una curiosidad científica y descartada, no comparable al poderoso vapor. Al fin y al cabo... ¿Qué es lo que decide que algo sea mejor que otro algo diferente?

6 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Y yo que me esfuerzo por soñar con volver al vacío! Donde acaba el frío.

(amenazo con volver, que todavía no he elegido).

Lanzadera dijo...

Pues yo, Primo, me quedo con David. Me gusta lo que estás haciendo, Peter. Eso sí, cuidado con los cuentos moralizantes. A mí siempre me chirrían. Claro, que eso es a mí y, ¿qué hace que algo sea mejor que otra cosa diferente?

Anónimo dijo...

Los cuentos moralizantes también son cuentos. ¿O es que le chirría a Usted Esopo, o Caperucita?

Bueno, sí, Caperucita podría ser repelente, pero ya me entiende. Me refiero a la cosa en sí (objeto) y no a la niña imprudente y/o desobediente (sujeto).

¿Y qué me dice de la palabra moraleja, con su misteriosa rima posterior que nos hace pensar que las ancianas devoran manos o algo así?

Así que, Peter, en mi opinión, no se ponga muchas restricciones a sí mismo, y escriba lo que le plazca. Como si quiere poner un cuento sin adjetivos.

Ándele, pues.

Y ¡hola de nuevo, Nán! Siempre es un gustazo ver el resultado de su tecleo.

Anónimo dijo...

mmmmmmmmmmhhh...
Bueno, las arañas me gustan...
También me gustan los profetas con sus palabras grandilocuentes y enrevesadas formas.
Me encantan las buenas gentes siempre tan costumbristas a su manera.
Me gusta mucho el vapor y la idea de zepelines y cosas de esas...
mmmmmmmmmmmmmhhh...
Pero sobre todo sobre todo me gusta ese tal David... tiene que ser un tipo interesante...
miauuuuu

carmen moreno dijo...

Pues eso, Don Micro. Los moralizantes no me gustan A MÍ. Si es que... Las algas son lo peor, si ya me lo dijo mi madre: "quien con algas se acuesta, pez se levanta". Creo que Peter cada día lo hace mejor.
Y, por cierto, Don Micro, ¿Caperucita moralizante? Tendrá que saber usted que es un cuento erótico. No me esnife placton, no me esnife placton...

Lara dijo...

¡¡¡En la Tierra sí hay niños!!!

Un beso muuuuuy fuerte.