jueves, 24 de junio de 2010

Microcuentos(XIV)

Sin explicación, voy a ver si vuelvo a esta pequeña costumbre de escribir lo pequeño...

Panacea
La botella era hermosa y el liquido era tan sutil que parecía gas. El alquimista la sujetaba con indiferencia, casi con odio.
- He aquí el Remedio. Te curará de todo. Nunca más enfermedad, nunca más dolor.
- ¿Y porqué la vendes? - preguntó el cliente.
- Porque, lamentablemente, enfrentarse al dolor es la única manera de crecer.

Culpa
El culpable preguntó al sacerdote:
- ¿Como puedo vivir con el dolor de saber que me pidieron hacer algo malo y yo lo hice?
El sacerdote suspiró, los ojos perdidos en tiempos pasados
- Sabiendo que peor hubiera sido si lo hubieras hecho sin que te lo pidieran.

Reclamaciones.
Todo el departamento de Reclamaciones de la gran corporación estaba delante suya. En un silla pequeñita, había un tipo sonriente, con un cuño que decía. "Denegada". Sobre él, un cartel: "Haga valer sus derechos."

Resultado
Hace mucho, Equilibrio quiso mediar entre Paz y Violencia. Violencia lo mató y Paz no hizo nada por evitarlo. Llena de pesar, incineró a Equilibrio, y lanzó sus cenizas a los cuatro vientos. Desde entonces, Violencia y Paz nunca van juntas, y Equilibrio es imposible de encontrar. Por alguna extraña razón, todo el mundo lo busca y piensa que lo encontrará tarde o temprano.

Sabiduría (IV)
- ¿Porque los hombres violentos piensan que todo se puede arreglar por la fuerza?
- Cuando sólo tienes un martillo, todo acaba pareciendo un clavo.

2 comentarios:

Microalgo dijo...

Ole!!!

LUISA M. dijo...

¡Qué sorpresa y qué alegría que vuelvas a escribir!
Me parecen geniales estos cinco microcuentos. Si tuviera que elegir uno, me quedaría con el primero, por la profundidad de su contenido tras su apariencia sencilla y lo que da que pensar.
Felicidades, Peter.